El secreto de las campanas

El secreto de las campanas

Villafranca del Bierzo, 5 de octubre 2025 

No todas las campanas son iguales. Mas bien al contrario: cada campana tiene su personalidad. Suenan distinto, cantan a su manera, redoblan o tañen según sea el ánimo de los que las oyen; según las horas y según el tiempo. Hablan – porque las campanas hablan- para expresar de maneras muy diferentes alegrías, penas, arrebatos, el paso de la vida a su manera. 

Las gentes que tienen la suerte de vivir cerca de un campanario saben bien lo que significa el sonido de las campanas. Forma parte de la vida, del pasar del tiempo vivido con su toque especial: cada campana a su manera… la que está en el barrio de arriba, la del otro lado, la del convento de allá o la de la iglesia de acá. 

El lenguaje de la campana es universal y desde el origen de los tiempos nos acompaña. Nada mas feliz que el voltear de un campanario en los días grandes de fiesta. Ese tolon- tolon que invade a quienes están dispuestos a disfrutar de la vida es toda una alegría desbordante. 

Pero las campanas son multifacéticas. Saben bien lo que es la pena, pues no hay nada mas triste que cuando tocan a muerto. Ese toque de cadencia solemne, infinitamente triste porque alguien de las cercanías se ha marchado. Cuando la campana advierte de la muerte las gentes interrumpen sus quehaceres y por unos instantes alguien inevitablemente piensa en la fugacidad de la vida. Son cosas que pasan, digo, desde hace mucho tiempo. 

En el día a día es otra cosa. Son los toques de los cuartos, las medias y las horas. La campana habla así del transcurrir del tiempo, probablemente para que “no perdamos el tiempo”. Otras veces sus pulsos se aceleran y el sonido se convierte en arrebato, el sonido de alarma que llama a las gentes a la solidaridad. Las campanas forman parte así de nuestra historia porque sn el sonido de nuestras vidas.

Consuelo Alvarez de Toledo

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